Acompáñenos en una breve visita al laboratorio del ICCROM, donde nos adentraremos en el arte del análisis del mortero.
Bienvenidos al episodio de hoy de "Cocinando con el ICCROM". Soy Irene, arquitecta conservadora, y me complace acompañarles en un interesante viaje por el análisis de morteros aquí mismo, en el laboratorio del ICCROM en Roma.
Hoy nos sumergimos en un proceso fascinante: El análisis gravimétrico de una muestra de mortero.
¿Nuestro objetivo? El objetivo de este laboratorio es estimar las proporciones y composiciones aproximadas en peso de los principales componentes de un mortero histórico: la arena (fina y árida) y el aglutinante. El método que empleamos nos ayuda a separar la arena del aglutinante, proporcionándonos información crucial sobre la composición del mortero.
Esto es lo que haremos:
- Digestión ácida: Empezaremos digiriendo nuestra muestra de mortero en una solución acuosa de ácido clorhídrico. Este proceso nos ayudará a separar la arena (fina y agregada) del aglutinante.
- Análisis de los áridos: Examinaremos las características de la arena: distribución del grano, color, forma y aspecto. Esto nos dice mucho sobre la calidad del material y su origen.
- Identificación de aditivos: Analizando la muestra, también podemos detectar la presencia de cualquier aditivo, como pigmentos, fibras, puzolanas u otros componentes que se hayan podido mezclar.
- Determinación de las proporciones: Calcularemos el peso y la proporción entre el aglutinante y la arena. Esto implica averiguar qué materiales se disuelven durante el proceso de digestión ácida.
Comprender estos aspectos mejora nuestras técnicas de conservación al proporcionar información crucial, sobre todo a la hora de seleccionar material compatible para igualar los morteros históricos. Siga con nosotros mientras descubrimos la composición de nuestra muestra de mortero y aprendemos más sobre cómo esta "sencilla" técnica nos ayuda a avanzar en nuestras prácticas de conservación.
Únase a nosotros para explorar la ciencia que hay detrás del mortero y mejorar nuestras habilidades en la conservación de materiales históricos.
Hasta la próxima,
Irene Matteini