CBH course participant Germaine Joseph from Saint LuciaEste artículo ha sido escrito por Germaine Joseph, de Santa Lucía, participante en el curso Conservation of Built Heritage (CBH) [Conservación del Patrimonio Construido] del ICCROM.

A lo largo de los dos últimos meses, hemos acogido en nuestra sede de Roma a los participantes en la séptima edición del curso Conservación del Patrimonio Construido, todos ellos provenientes de dieciocho países y, entre los que se encuentran un amplio abanico de profesionales de la conservación y responsables de la toma de decisiones de las disciplinas de la conservación, la ingeniería, el mundo académico y los museos; que  trabajan en instituciones nacionales, organizaciones internacionales, el mundo académico y la práctica profesional. El curso les servirá para situar las cuestiones técnicas dentro del contexto de la conservación, vinculándolas a la planificación y gestión.

Soy Germaine Joseph, arquitecta de la isla caribeña de Santa Lucía. Tengo un grado en arquitectura, doce años de experiencia profesional como arquitecta y ocho años de experiencia en conservación y preservación del patrimonio cultural de Santa Lucía. Especializada en patrimonio construido, gestioné un total de 250 edificios históricos para su catalogación a la vez que elaboré proyectos de ley para la preservación y conservación los mismos. Recientemente, he realizado un curso organizado por la OAS y la Universidad de las Indias Occidentales en Técnicas de conservación museística y gestión de valores patrimoniales.

Actualmente, mis investigaciones se centran en la arquitectura vernácula y, en concreto, me apasiona reformular la narrativa de la arquitectura vernácula de Santa Lucía para hacer partícipe a todos aquellos que contribuyen con nuestro patrimonio construido y a su importancia dentro de nuestro patrimonio cultural tangible e intangible. Esto me llevó a fundar Bậtie Ste. Lucie, un estudio de arquitectura dedicado a la conservación del patrimonio construido. Mi experiencia en proyectos suele estar vinculada a proyectos de desarrollo cultural centrados en el patrimonio construido y la interpretación, que contribuyen al fortalecimiento de las comunidades y a la regeneración urbana.

Siendo consciente de los retos que actualmente plantea mi sector en el Caribe, vine al curso en busca de formación y de una comprensión más profunda del campo de la resiliencia y la sostenibilidad de los edificios patrimoniales para salvaguardar nuestros edificios históricos del deterioro y de los efectos del cambio climático. Además, me interesaba conocer métodos para fomentar la conservación y gestión exitosa de edificios, sitios y monumentos históricos, con el fin de proteger lo que queda de nuestro patrimonio construido, ya que en Santa Lucía tan solo se conserva en pie menos del 2% del legado construido. Así, es esencial proteger los pocos lugares que quedan a fin de mantener nuestro patrimonio.

Convivir durante tres meses con diecisiete expertos internacionales es una oportunidad fantástica de intercambio intercultural y profesional. Los especialistas, los profesionales que se han estado especializando durante tres décadas (en algunos casos) mientras navegaban por este mundo, enormemente dinámico, del patrimonio cultural, han sido la guinda del pastel; ya que nos han proporcionado conocimientos y diferentes puntos de vista sobre la conservación y documentación del patrimonio cultural. Todos ellos han pasado a formar parte de la caja de herramientas de cada participante, una base sólida sobre la que levantar nuestros variados mandatos. Como nos han enseñado, no existe una única manera de hacer las cosas, pero las competencias que acabamos de adquirir nos permitirán componer el mosaico de nuestras actuaciones.

El curso de Conservación del Patrimonio Construido 2023 superó enormemente mis expectativas. La combinación del aprendizaje en aula e in situ ha complementado mi aprendizaje. Uno de mis momentos preferidos fue cuando el Sr. Rand Eppich nos enseñó los principios de la fotogrametría a través de un caso de estudio in situ. Fue “Eppich” y no es un juego de palabras.