Tras cuatro semanas de intensa investigación, ha concluido el Curso Internacional de Formación sobre Acción por el Clima para la Conservación y Gestión Sostenibles del Patrimonio Construido.
HOrganizado en Nantucket por la Asociación Histórica de Nantucket (NHA), el curso se impartió en colaboración con el ICCROM y Recursos Integrados de Conservación (ICR-ICC), y contó con la participación de 11 profesionales procedentes de 10 países. El programa ofreció un plan de estudios integral que combinó conferencias, ejercicios prácticos y visitas a lugares clave para abordar la intersección entre la adaptación al clima y la conservación del patrimonio.
A lo largo de más de 28 sesiones impartidas por expertos, el curso destacó la importancia de comprender los peligros climáticos, los marcos de respuesta y las estrategias de adaptación para conservar el patrimonio construido. Los participantes analizaron las repercusiones directas del cambio climático en los sitios patrimoniales y elaboraron enfoques adaptados para su conservación. El plan de estudios se diseñó para reforzar la comprensión de los peligros climáticos, los marcos de respuesta y los impactos directos, así como los métodos de adaptación y las tendencias emergentes que permiten realizar predicciones climáticas fundamentadas.
La isla de Nantucket funcionó como un laboratorio viviente, donde los participantes pudieron observar el alcance y la magnitud de los riesgos relacionados con el clima y la conservación en toda la isla. Las visitas guiadas por expertos locales mostraron el centro histórico de la isla, los humedales, los pantanos de arándanos y las zonas costeras, ilustrando la interacción entre los entornos construidos y naturales. Estas experiencias inmersivas pusieron de relieve los efectos tangibles de la erosión, la subida del nivel del mar y las cambiantes condiciones ecológicas en la conservación del patrimonio.
Una vez abordadas las perspectivas históricas y ecológicas, los participantes exploraron diversos métodos de adaptación y conservación. Uno de los casos se centró en los patrones de erosión y los intentos por combatirla en Sconset, en el extremo oriental de la isla, mediante el uso de geotubos y otras medidas. En el extremo opuesto, en Madaket, la erosión amenaza el acceso por carretera, lo que ha dado lugar a la reubicación de viviendas, una práctica habitual en Nantucket. Los participantes recorrieron las zonas residenciales del centro de la ciudad, donde pudieron comprender directamente la importancia de los conocimientos tradicionales en la conservación de métodos históricos de construcción y prácticas de conservación como la creación y el mantenimiento de las emblemáticas calles adoquinadas.
Divididos en tres grupos, los participantes pusieron en práctica lo aprendido realizando un estudio preliminar de la zona y un análisis del centro histórico. Con este contexto, cada grupo llevó a cabo un análisis estructural y de materiales in situ de tres inmuebles gestionados por la de las NHA: la fábrica de velas, el almacén de Thomas Macy y el Pacific Club (edificio William Rotch).
Estos edificios, afectados directamente por el cambio climático, mostraban signos de deterioro provocados por factores como el aumento de los niveles de salinidad, de las aguas subterráneas y del nivel del mar, así como por la creciente intensidad de tormentas de viento y lluvia. Considerando los datos recopilados durante el curso, así como los datos de monitoreo específicos del sitio recogidos el año anterior, los participantes presentaron evaluaciones del estado de conservación y recomendaciones de adaptación y resiliencia climática.
Los proyectos grupales se centraron en sitios de Nantucket, mientras que los estudios de caso individuales abarcaron contextos mundiales diversos, desde Sidney (Australia) a Kioto (Japón), pasando por la histórica Bridgetown (Barbados). Cada proyecto propuso enfoques innovadores para mitigar los riesgos climáticos, demostrando la relevancia universal de las lecciones aprendidas en Nantucket.
Este curso inaugural también fomentó una red mundial de profesionales comprometidos con el avance de la acción climática para la conservación del patrimonio. Los participantes, ya líderes en sus respectivos campos, están ahora preparados para compartir sus conocimientos y mejores prácticas en sus comunidades y organizaciones. El éxito de la formación subraya la importancia de la colaboración internacional para abordar los urgentes desafíos que enfrenta el patrimonio cultural en todo el mundo.
De cara al futuro, los organizadores tienen previsto ampliar el programa y repetir su plan de estudios en futuros talleres, asegurándose de que el impulso generado en Nantucket continúe promoviendo acciones significativas para fortalecer la resiliencia del patrimonio frente al cambio climático. La mejor demostración de esta transmisión de conocimientos fue la aplicación de cada lección aprendida en Nantucket a los proyectos individuales compartidos por los participantes.