Recientemente tuvimos el privilegio de sentarnos a conversar con Frank Matero, una figura destacada en el ámbito de la conservación del patrimonio, sobre su larga relación con el ICCROM y los retos cambiantes que enfrenta la conservación del patrimonio cultural. La trayectoria de Frank abarca décadas dedicadas a la docencia —en especial, en el Departamento de Conservación Histórica de la Escuela de Diseño Stuart Weitzman de la Universidad de Pensilvania—, así como a la investigación y a la práctica profesional. Esta conversación ofrece una perspectiva invaluable al recorrido del campo y una reflexión sobre hacia dónde se dirige.

La colaboración de Frank con el ICCROM se remonta a finales de la década de los ochenta, cuando impartía clases en el Curso de Conservación Arquitectónica (ARC). Al rememorar aquellas experiencias, destacó la universalidad de los retos que enfrenta la conservación, señalando que 

"las expresiones patrimoniales pueden variar, pero los problemas siguen siendo los mismos".

A lo largo de los años, Frank ha sido testigo de la notable evolución del sector, que ha trascendido el patrimonio arquitectónico para incorporar también dimensiones culturales inmateriales. Sin embargo, la profesión conserva una identidad única:

"Nuestro trabajo consiste realmente en conectar el presente con el pasado, y lo hacemos con métodos muy específicos de la conservación, que en realidad no comparte ninguna otra disciplina".

Frank describe la conservación como un campo verdaderamente interdisciplinar, que exige un equilibrio delicado: 

"por un lado, tenemos que tener un enfoque humanístico lo más amplio posible y, por otro, ser científicamente tan precisos como podamos. Es un camino muy difícil de recorrer en una era marcada por la especialización".

Las reflexiones de Frank Matero son un poderoso recordatorio de la capacidad única que tiene la conservación para tender puentes entre el pasado, el presente y el futuro. A medida que el campo continúa desarrollándose, sus reflexiones ofrecen inspiración tanto a los profesionales consolidados como a las nuevas generaciones de profesionales del patrimonio.